PUENTE ROTO

viernes, 14 de diciembre de 2007

Así suelen decirle a las personas que de una u otra forma se comportan de manera infranqueable, ¿¿cómo???... eso mismo, que no se les puede pasar por encima en cualquier situación. Descubramos en que ocasiones se presenta un puente roto:

Cuando se juegan con todo el mundo pero... Dios libre no te metáis con esa persona por que pegáis el cuadrito de 5 y 6.

Cuando son extremosamente tercos y obstinados, al final del cuento o termináis siguiendole la corriente o lo mandáis a comer m..., ya saben, Chávez lo dijo.

Cuando insisten tanto que llegan al punto de mortificar y sacar de cabales a alguién para conseguir su comentido.

Aquellos que no respetan a las personas pretendiendo que se comporten de la manera como a ellos les gusta que se comporten.

En fin, describo estos cuatro estados de un puente roto, porque mas alla que si el gobierno o la oposición son un puente roto, este estado o manera de comportarse se ha trasladado a todas las instancias donde nos desenvolvemos: el trabajo, la familia, la calle... y digame si es en la familia, alli muchos se afincan por la condición de ser home club. En estas ocasiones los ambientes se convierten en campos de guerra tradicionales: la mama con el papa, la mama con el hijo, el hijo con el papa, el abuelo con los nietos, los nueros con las suegras... todos se convierte en un ramal de avenidas cada una con su puente caido.

Cuando te encuentras con un puente roto en tu trabajo sencillamente la relación cambia, pero el ambiente se hace tan pesado que lo puedes cortar con un cuchillo, y a ligar que no este amellado porque la situación se vuelve insoportable... por eso la gente a la final, renuncia.

Un puente roto en la calle es muy peligroso, porque entra en acción nuestro instinto animal, ese que sale a relucir en el trafico, comprando en un mercado o simplemente paseando. Dios nos libre de tropezarnos con un puente roto porque se desencadena una ecatombe donde salen a relucir los mas bajos deseos de venganza, odio e ira que hemos acumulado en la casa o en el trabajo y que por su puesto no explotan porque tratamos conseres queridos y cercanos... cuando la persona no es nada, se convierte en un extraño y se nos olvida que somos creados con la misma tijera.

Hoy día vivimos entre muchos puentes rotos, sin caminos que nos lleven a encontrarnos, nos miramos desde las costas o desde los extremos, pero no somos capaces de cruzar, bien sea en barco, lancha o salvavida... o construir nuevamente el puente.


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